lunes, 31 de agosto de 2009

Y ahora?

No, bueno.. que pasó lo que no tenía que pasar. Lo que me juré que no iba a pasar. Lo que me prohibí a mi misma. Dije durante mucho tiempo que no lo podía permitir, que tenía que negarme rotundamente, que no, que no y que no.
Pero lo hice igual, ahí nomás bajé la guardia, sin ningún tipo de resistencia: me entregué. Mandé al carajo todo lo que había dicho, así sin más.
Antes de que decidan putearme, aviso: NO VOLVÍ CON EL HIJO DE PUTA QUE TANTO ME HACÍA SUFRIR. Eso ya sería demasiado hasta para mí misma. También aclaro: hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien, tan contenta conmigo misma. Que salud mental, la pucha! Corté y ya no me quiero morir, estoy contenta!
De todas maneras hice lo que dije que no iba a hacer. Me presentaron a alguien. Yo quería estar SOLA! Una vez en mi vida, ser feliz en mi soledad! En fin, me lo presentaron. Es amigo de mi hermano. Me lo encontré el sábado a la noche en la calle, me preguntó si quería entrar a un bar/bolichon que hay por acá. Acepté. Me invitó a tomar algo. Acepté. Que rico estaba ese fernet. Hablamos, hablamos, hablaaaaaamos, seguimos hablaaaaaaando, hasta que me paré para ir al baño. Decidió acompañarme y yo ya me la veía venir. Cuando salí (malditos baños de mujeres, siempre hay que hacer cola) me preguntó si me podía decir algo, aunque no sabía si iba a quedar bien o mal. Le dije que sí, qué le iba a decir? Y ahí nomás lo largó:

N: Me parecés HERMOSA (puso énfasis en la palabra)
C: Graciass (sonreí)
(SITUACIÓN INCOMODÍSIMA)

Hasta que, bueno, me agarró de la cintura y me dio un beso. Pensé que iba a ser un desastre, lo admito, pero fue bastante bueno. Después me agarró del hombro para volver donde estaba mi amiga y como yo soy muy torpe en estas situaciones, me solté sin querer. Seguimos hablando en lo que quedó de la noche y se ofreció a acompañarme a mi casa. Cuando salimos estaban los amigos y me los presentó a TODOS. En fin, volvimos caminando hasta mi casa y cuando llegamos me dio un beso y se fue.
Raro, rarísimo todo. Muy raro. Es amigo de mi hermano. Yo corté hace un mes con mi ex. Él hace cuatro creo con la ex. Es como muy raro. Yo quiero que las cosas vayan despacio, MUY despacio. Creo que él también. Me invitó a cenar algún día. Hoy me invitó a tomar un café a la casa. No voy a ir. Despacio. Quiero ir despacio, por primera vez.
Estoy contenta. Estoy contenta conmigo y con esta situación. Le interesa lo que digo. Me invita a salir. Ya sé que es normal, pero nunca me pasó. Creo que puede llegar a ser algo bueno, pero no quiero tan rápido.
Supongo que me van a decir que disfrute, y lo estoy disfrutando. Sólo que no lo quería ahora, ya. Pero veremos, que pase el tiempo y después se verá.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Out with the old

Ok, desaparecí. Si pienso en todo lo que pasó en el tiempo en que no estuve me mareo. Me fui de viaje con Él, después con una amiga y hace exactamente una semana cortamos. Cortamos para siempre, definitivamente. Punto final, game over.
¿Por qué lo sé? Porque lo odio. Es la primera vez que cortamos y lo odio. Lo odio con toda mi alma, desesperadamente. Lo culpo de casi todo, y me culpo a mi también. Lloro pensando cómo pude ser tan boluda, cómo pude bancarme tanto, etc.
Ahora veo con claridad todo lo que me hacía, y sin intención, lo cual es peor. Una persona que hace algo intencionadamente es previsible y por lo menos podemos asumirlo como hijo de puta. Pero la gente que hace maldades sin darse cuenta es la egocéntrica, la que cree que es el centro del universo y que todos les debemos. Todo hay que darles, ellos jamás darán más de lo que tengan ganas.
No sé, es muy largo y no tengo ganas de escribir y mi vida es un quilombo ultimamente realmente. La cuestión es que, a pesar de la tristeza y lo demás, en algún punto estoy contenta. Sufrí, lloré, puteé y bla, pero ahora sí, esta vez, después de dos años, pude decir basta.