martes, 20 de enero de 2009

Un día fuera de lo común

Mis días suelen ser bastante monótonos, sobre todo en esta época del año, pero debo confesar que disfruto muchísimo de mis momentos de ocio (que son como 23 horas al día). La cuestión es que a veces me hago la ocupada y junto en un día de la semana todo lo que tendría que haber hecho más lo que tenía planeado para más adelante.
Hoy fue uno de esos días. Me levanté a las mil y quinientas, como le gusta decir a mi madre, "almorcé", acumulé todo el ocio del día en una hora, es decir, miré Sex and the City, leí un rato y finalmente decidí ir a bañarme. Me cambié y salí, tenía que hacerlo rápido o me quedaba tirada en la cama todo el día.
Mi primer destino era la casa de depilación. Toda mujer (que se depile) sabe lo tedioso que resulta, y sabe perfectamente que hasta ser pisada por un colectivo es mejor plan. Pero fui de todas maneras, mañana vuelve mi novio después de milenios de estar de vacaciones y tiene que verme mínimamente prolija (por no decir pelada). Cuando terminó ese calvario me fui a la relojería para que me achicaran de una vez por todas la pulsera que el antes mencionado me regaló cuando cumplimos unos pocos meses de relación (hace como mil años también). Después de haber pagado como $50 por la depilación, me dijeron que el arreglo me iba a salir como $15, un afano! Pero ahí la dejé, estoy podrida de que se me salga la bendita pulsera.
Después fui a la libreria, hace mucho quiero comprarme un libro. Pero como no todo es color de rosa, mucho menos en mi vida, la librería estaba cerrada y el librero de vacaciones. Genial.
Me fui a comprar ropa. Era mi único consuelo! Me compré una remerita re linda. Me iba a comprar dos pero la segunda me quedaba grande. Ufa!
Seguí caminando y me topé con una lencería que no había visto en mi vida. Entré. La vendedora tenía demasiadas ganas de vivir (no de vender, de vivir). Le sonreí y me puse a mirar. Me enamoré de un conjunto. No lo tenían en mi talle. Me enamoré de otro. Escapaba a mi presupuesto. Me enamoré de un tercero, me lo probé y lo compré. Mi novio se cae de culo cuando me vea, garantizo.
Salí de ahí decidida a volver a casa. Vi una heladería. Recordé que hace varios días estoy antojada de milkshake. Me compré un cuarto de helado. Mitad dulce de leche granizado (porque el de esa heladería es el mejor) y mitad chocolate (para el milkshake). Me tomé el bondi, que tardó como una vida en hacer 20 cuadras, y llegué a casa. Me hice el milkshake, hurgué en el cajón ese que mi madre usa para guardar porquerías y encontré una pajita de McDonald's. Ahora lo estoy tomando. Que placerrrrr! Puede parecer que no, pero fue un día genial. Es lindo cuando uno hace cosas por uno mismo.
El único detalle es que acabo de darme cuenta que me queda 1 cigarrillo. La puta madre.

Y mi alma?

Tengo un problema (ja!, uno). No sé dónde está mi alma. Me pasa seguido esto de ser extremista y decir: le vendo mi alma al diablo con tal de.. x cosa. La más reciente fue: volver a donde estaba en las vacaciones. Igual puedo decirlo por cualquier estupidez. "Le vendo mi alma al diablo por un vaso de agua en este momento". Mi madre siempre me caga a pedos porque dice que él siempre está cerca.
La cuestión es: o se la vendí hace muchísimo tiempo y no recuerdo porqué (seguro por un chupetin o algo similar) o mi alma vale tan poco que ni el diablo la quiere.
Es una duda existencial que tengo.

viernes, 16 de enero de 2009

Cómo hacer que pájaro que come, vuele

Todas sabemos que es más fácil hacer que pájaro que come, vuele; que planchar bien una camisa. Pero existen casos excepcionales en los que el pájaro parece haber flasheado alguna cosa que no tenía que flashear. No sé si estoy siendo clara, la cuestión es: existe una necesidad imperiosa que después del cometido, el pájaro agarre vuelo, sí o sí.
No importa cuanto el pájaro haya flasheado, quiere coger. Eso es lo que buscaba en un principio y eso va a buscar hasta el final, aunque en el medio se enamore. Vos, ni lerda ni perezosa, también querés. Lo que no querés es el enamoramiento. Todas caemos siempre en la inevitable tentación, pero sabés que en otro lugar del mundo (del que venís), te espera el amor de tu vida (o eso crees), por lo tanto este hermoso pajarito que se cruzó en tu camino sólo tiene una semana o quince días para mimarte un poco y garcharte como los dioses. Ese es todo el tiempo que le vas a conceder.
Ahora sí, si ves que el pájaro empieza a desviarse de camino, lo único que tenés que hacer es pronunciar unas simples palabras, así como si nada, en el momento en el que él menos se lo espere.
Por ejemplo: si le pedís un vaso de agua y te lo trae, disimuladamente le decís: "ay gracias, sos el amor de mi vida" con carita de enamorada. Otro ejemplo: lo acompañás a comprarse cigarrillos y enfrente del kiosquero le tirás: "ay gordo, no gastes en boludeces, cómo vas a mantener a nuestros hijos?". Parece extremista, pero juro que no lo es. Estas son frases que después de un tiempo de relación, suenan bien. Pero puedo asegurarte que para una persona que conocés hace dos días y tiene un miembro viril entre las gambas, NO.
Estarás pensando que así te vas a quedar sin el pan y sin la torta, pero no, querida amiga, vas a ver que no. Un hombre que perdió dos días de su vida en decirte pelotudeces para llevarte a la cama no va a dejarte ir. A lo sumo dirá: esta mina esta loca, me la garcho y no la veo más en mi vida. Y, sabés qué? Milagrosamente eso a vos no va a caerte mal, porque vos esperás lo mismo de él. Al fin estamos en la misma sintonía!
Si tenés suerte, vas a pasar unas vacaciones deliciosas en la playa con tus amigas y tu chongo, sin que te rompa las pelotas (porque justamente es solo un chongo), siendo mimada y halagada y, para rematar, vas a volver fresca como una lechuga porque la última noche vas a tener una sesión de sexo maratónica con ese amor de verano. ¿Qué más querés?
Eso sí, tené cuidado. Que las llamadas de tu novio no coincidan con el tiempo que le dedicás al chongo.

De "Las mejores creaciones"

- El control remoto
- El aire acondicionado
- Los tampones
- La imprenta!
- El chocolate
- Jude Law